La construcción del nuevo aparcamiento disuasorio de Severo Ochoa, que cuenta con 134 plazas, ha generado un fuerte debate entre los vecinos de Cartagena. A pocos metros de allí se encuentra el aparcamiento del Centro Comercial Mandarache, que con capacidad para 1.200 vehículos aproximadamente, situado a menos de 40 metros del nuevo disuasorio a menudo permanece casi vacío. Además, en la misma zona, alrededor de la rotonda de la Plaza Severo Ochoa, se encuentra también un pequeño aparcamiento del CEIP Concepción Arenal que dispone de unas 75 plazas para vehículos que solo se llenan durante las horas punta del colegio.
Los residentes de la zona se han mostrado incrédulos ante la necesidad de este nuevo aparcamiento cuando ya existen otras instalaciones de estacionamiento en los alrededores:»¿Cómo es posible que se ponga un parking justo al lado de otro enorme de un centro comercial que siempre está vacío?» se pregunta un cartagenero.
El nuevo aparcamiento, que ha requerido una inversión de casi 900.000 euros, incluye características como plazas para vehículos eléctricos, zonas para motocicletas y un sistema inteligente de aparcamiento para bicicletas y patinetes. Además, está conectado con un carril bici y dispone de videovigilancia para la seguridad de los usuarios
A pesar de estas mejoras tecnológicas, los vecinos consideran que la construcción de un aparcamiento adicional no se justifica, dado que las plazas cercanas a menudo no se llenan. En palabras de algunos de ellos, se cuestiona la inversión pública de esta nueva infraestructura dada la poca demanda de la zona: «En ese solar se tenía que haber construido un edificio para crecer como ciudad», opina otro vecino, sugiriendo que el espacio podría haberse destinado a un desarrollo urbano más adecuado.
El consistorio justifica su construcción
El Ayuntamiento de Cartagena, defiende la construcción de este aparcamiento como parte de un plan de movilidad más amplio el proyecto Espacio Algameca, que incluye la modernización de autobuses, la creación de carriles bici y la apertura de otros aparcamientos disuasorios. Sin embargo, la comunidad local sigue sin ver la necesidad de este tipo de iniciativas, especialmente en una zona donde los aparcamientos cercanos sobrepasan la demanda.