El crecimiento económico y la expansión de las empresas se ven afectadas por la «complejidad normativa» en España, según un análisis publicado por el Banco de España.
La entidad de derecho público también resalta en su análisis que el entorno institucional en el que operan las empresas juega un «papel clave en el desarrollo económico«. En este sentido apunta que el marco regulador «afecta directamente a la capacidad de crecimiento de un país», como ya señaló en su último informe anual.
El Banco de España defiende la necesidad normativa para ordenar la actividad económica, que «bien diseñada pueden corregir fallos de mercado y fomentar un crecimiento sostenible», pero insiste en que cuando «se multiplica sin una planificación adecuada o se vuelve muy compleja puede convertirse en un obstáculo para el emprendimiento y el crecimiento de las empresas y, también, para la economía».
Marco regulatorio: 400.000 normas desde el inicio de la democracia
Cabe recordar que desde el inicio de la democracia en España, el ordenamiento jurídico ha generado más de 400.000 normas nuevas, a lo que se suma una tendencia al crecimiento de la actividad normativa, acompañado de un aumento en las referencias cruzadas entre normas.
Para el Banco de España esta situación puede afectar sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, pymes, «que a menudo no tienen una asesoría jurídica que les facilite operar en varias regiones al mismo tiempo. Asimismo, la complejidad regulatoria también limita la capacidad de las empresas para innovar», subraya la entidad.
Por todo ello, señala en su análisis que el reto está en tener una «regulación mejor diseñada, más clara y más coordinada«, lo que aliviaría los costes para las empresas y propiciaría «la entrada de nuevas mercantiles y emprendedores y el crecimiento de proyectos innovadores. Un entorno regulatorio más eficiente puede contribuir a mejorar la productividad, la competitividad y el bienestar económico general».