La Ley del Teletrabajo, aprobada el 22 de septiembre de 2020, cumple cinco años en un contexto de estabilización del trabajo a distancia, con presencia parcial en el mercado laboral y resistencias aún visibles, especialmente en grandes empresas. La modalidad híbrida se ha convertido en la forma más habitual de aplicar esta opción tras la pandemia.
En el pico de la crisis sanitaria, el 16,2 % de los ocupados trabajaba desde casa más de la mitad de los días. Antes de 2020, esta cifra apenas alcanzaba el 4,8 %. Actualmente, según datos del INE, el teletrabajo se estabiliza en torno al 7,5 % de quienes lo ejercen de forma regular y otro 7,1 % de manera ocasional, sumando unos 3,2 millones de personas.
Esto supone que, del máximo alcanzado durante la pandemia, se han perdido 360.700 empleos en remoto, manteniéndose 1,55 millones de teletrabajadores según el informe de Adecco.
Pese a esa estabilización, España sigue 9,7 puntos por debajo de la media de la UE (24,1 %) y muy lejos de países como Países Bajos, donde el teletrabajo supera el 55 %. La brecha se amplía a 41,5 puntos respecto a este país.
La ley reguladora, nacida por consenso entre Gobierno, patronal y sindicatos, establece que el teletrabajo debe ser voluntario y acordado por escrito si supera el 30 % de la jornada semanal. Las empresas deben aportar los medios técnicos, aunque la compensación de gastos se deja a la negociación colectiva y no es obligatoria.
Pese a sus ventajas en términos de conciliación y flexibilidad, el teletrabajo sigue siendo minoritario en la mayoría de organizaciones, especialmente en las de mayor tamaño, donde persisten dudas sobre su impacto en la productividad, la cultura corporativa y la cohesión de equipos.
Según InfoJobs, el modelo ha entrado en una fase de «madurez parcial», donde el debate ya no es su permanencia, sino cómo adaptarlo a nuevas formas de organización. El reto está en encontrar un equilibrio entre flexibilidad profesional y objetivos empresariales, en un entorno donde el teletrabajo ha dejado de ser una excepción, pero aún no es la norma.