Cartagena vive este miércoles una intensa jornada de tráfico de cruceros con la llegada simultánea de cinco buques que se acercan a los 4.000 visitantes. Los barcos se reparten entre los muelles de la ciudad en un operativo que implica coordinación logística y limpieza especial de las instalaciones portuarias.
En el muelle de Elcano destaca el gran tamaño del Allure of the Seas, acompañado por el Evrima, ambos en la terminal principal de cruceros, de Juan Sebastián Elcano. En Santa Lucía recala el Wind Spirit, mientras que el Emerald Sakara y el Sea Cloud Spirit lo hacen en el de San Pedro.
Todos los buques ya habían recalado anteriormente en Cartagena, aunque el Allure of the Seas es el único que no pertenece al segmento de cruceros premium o superlujo, del que si forman parte los otros cuatro.
Los visitantes repiten escala y descubren «una Cartagena distinta»
Entre los pasajeros se repite una sensación de familiaridad y entusiasmo. Una visitante explica a este periódico que era su tercera vez en Cartagena, pero la primera en la que podrá recorrerla de noche gracias al cambio horario, algo que dice, “le hacía especial ilusión porque siempre se marchaba antes de poder ver la ciudad al atardecer”.
Otro pasajero comenta que llevaba meses viendo ofertas de itinerarios por el Mediterráneo y que Cartagena “era una escala muy repetida”, motivo por el que “tenía muchas ganas de conocerla por fin con calma”.
En las terrazas y las calles del centro histórico se escuchaban conversaciones en distintos idiomas y se percibía un ambiente animado, reflejo del peso creciente del turismo de cruceros en la economía local y de la capacidad del puerto para acoger grandes escalas.



