La Comisión Ejecutiva de la Federación Española del Vino (FEV), reunida esta semana en Sant Sadurní d’Anoia, ha anticipado que la cosecha de vino y mosto será entre un 10% y un 15% inferior a la del año pasado, que se cerró con 36,8 millones de hectolitros. Esta cifra dista mucho de los 40 millones alcanzados, por ejemplo, en 2021 y 2022.
En concreto, la asociación bodeguera destaca que la nueva campaña vitivinícola que ya se ha extendido por todo el país será corta, aunque de gran calidad, y anormalmente avanzada en el calendario.
Sin embargo, la cifra varía mucho según la región vinícola, ya que en algunos territorios la producción podría caer hasta un 40% o 50%, debido a intensas olas de calor, sequías y enfermedades de la vid como el mildiu.
Por su parte, los bodegueros representados por la FEV han considerado que las manifestaciones realizadas en medios de comunicación por las organizaciones agrarias han sido «desproporcionadas e infundadas» y han afirmado que sus bodegas asociadas cumplen «de manera escrupulosa» con la Ley de la Cadena Agroalimentaria.
Asimismo, el sector ha informado que el precio de la uva ha tenido un incremento significativo debido a los recortes esperados en la producción. Por tanto, la FEV ha reclamado a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) «cierta flexibilidad y una reflexión» sobre algunos aspectos de la Ley, ya que según aseguran, es «prácticamente imposible» prever contractualmente una situación de escasez sobrevenida como la que se afronta este año.