La brecha de género en la alta dirección empresarial se mantiene, según el Esade Gender Monitor 2025. Aunque las mujeres representan más del 50 % de las nuevas contrataciones, solo un 22 % alcanza los niveles de dirección, lo que revela un estancamiento en el acceso femenino a los puestos de mayor responsabilidad.
El informe identifica este fenómeno como “la caída hacia la cúpula”, que es la pérdida de representación femenina conforme se asciende en el escalafón. El caso más claro se da en los sectores de salud y servicios, donde las mujeres suponen el 67 % de las nuevas incorporaciones, pero solo el 36,7 % de la alta dirección. En finanzas, la diferencia es menor: 48 % de contrataciones frente a 21 % de representación en la dirección.
El estudio, que analiza una muestra representativa de mujeres profesionales, también identifica los principales frenos al ascenso, como la falta de redes informales (mencionada por el 28 %), las exigencias de disponibilidad incompatibles con los cuidados (17%), la ausencia de referentes femeninos de la cúpula (17%) y una cultura empresarial que anticipa menor compromiso en mujeres con hijos (15%).
Además, entre quienes han ascendido, el 82 % afirma haber tenido que renunciar a aspectos personales para avanzar profesionalmente. Los más citados son: ocio y tiempo libre (21%), salud mental (16%), la salud física (13%) y la maternidad, pospuesta o descartada por un 11%.
Una de cada cinco mujeres afirma haber rechazado puestos de alta responsabilidad para mantener el equilibrio personal y profesional. El informe destaca que el problema no está en el empleo en sí, ya que el 74 % no se plantea dejarlo, sino en las condiciones del tramo final de la carrera, donde se exige hiperdisponibilidad, visibilidad constante y logística personal no redistribuida.
En cuanto a las medidas de apoyo institucional, el estudio recoge que el 89 % de las mujeres ve en el teletrabajo una mejora para la conciliación. Sin embargo, solo el 40 % percibe avances en la distribución de los cuidados en el hogar, frente al 43 % que no nota cambios, lo que sigue afectando a la disponibilidad real para asumir cargos exigentes.
Respecto a los planes de igualdad, el 40 % nota cambios desde su implantación, mientras que el 42 % no ha percibido impacto. El dato supone un descenso respecto a 2023, cuando el 45 % reportaba mejoras.
El optimismo es limitado: el 91 % cree que las nuevas generaciones seguirán teniendo que hacer renuncias, aunque la mitad considera que serán más conscientes de sus derechos y más exigentes con la igualdad.