España podría registrar un aumento del 2% en los impagos empresariales al cierre de 2025, según el último informe de insolvencia elaborado por Crédito y Caución, que alerta del impacto que la incertidumbre política y las tensiones comerciales internacionales están teniendo en la salud financiera de las empresas.
El documento destaca que los datos de los tres primeros trimestres del año ya reflejan una evolución peor de lo previsto, superando las proyecciones de estabilización realizadas por la propia compañía en abril de este mismo año.
«La incertidumbre política y las tensiones comerciales están provocando un crecimiento económico a nivel global más débil de lo previsto, impactando en la salud financiera de las empresas», señala el informe, que apunta a un 2026 de ajuste, donde las compañías deberían adaptarse mejor al entorno actual.
En el caso concreto de España, la tendencia al alza en los impagos se mantiene desde 2015, y aunque se prevé que 2026 sea un año de estabilidad, la compañía no anticipa una recuperación a corto plazo.
Frente a este escenario, el informe compara con Portugal, donde las previsiones apuntan a una caída del 8% en las insolvencias en 2025, apoyada por una mayor solidez macroeconómica. Además, se estima un modesto descenso adicional del 1% en 2026.
Sobre el contexto global, el informe también analiza la evolución de la guerra comercial y su posible impacto en los aranceles. Aunque el «nuevo régimen arancelario normal está tomando forma», se advierte que persisten las incertidumbres sobre su desarrollo y efectos reales.
«Hasta ahora, se está observando una resistencia de la economía mundial frente a la incertidumbre política que se debe, en gran medida, a la anticipación del comercio y la actividad por parte de las empresas y los hogares en previsión de un aumento de los aranceles», añade Crédito y Caución.
La aseguradora matiza que muchas empresas han optado por absorber los costes sin trasladarlos al consumidor, lo que podría comprometer su rentabilidad si la situación se prolonga. De cara a 2026, se prevé que el impacto negativo de los aranceles sea más visible, especialmente en Estados Unidos.