La campaña de siega 2025 ha concluido con una cosecha histórica en el Coto Arrocero de Calasparra. Este año se han sembrado 577 hectáreas, alcanzando una producción exacta de arroz de 3.131.405 kilos, lo que se traduce en casi un millón de kilos más, frente a los 2.255.000 kilos conseguidos durante la pasada campaña.
Se trata de una cifra muy significativa, ya que hacía 15 años que no se superaba el umbral de los 3 millones de kilogramos dentro de la Denominación de Origen Protegida Calasparra. En concreto, supone un aumento del 24% de arroz recolectado, tanto en las variedades de Bomba como Balilla x Sollana y ecológica.
Así lo confirma a este medio Juan Antonio Cantero, gerente la Cooperativa del Campo Virgen de la Esperanza, quien señala que hacía más de quince años que no tenían una campaña tan productiva. «Sabíamos que iba a ser una campaña muy buena ya que llevamos el seguimiento del cultivo, incluso desde antes de la plantación, a lo que hay que sumar la óptima gestión que se ha realizado desde la cooperativa«.
«Ahora trabajamos sobre el escandallo del propio cultivo, cosa que antes no se hacía, lo que se traduce en que la cooperativa ya trabaja para los agricultores. Se le paga por cada tonelada de arroz blanqueado, sin cáscara, unos dos mil euros y de esta manera conseguimos que sea rentable para ellos garantizando al mismo tiempo la continuidad de este tipo de cultivo», añade el responsable.
Junto a este volumen excepcional, el Consejo Regulador destaca la excelente calidad del grano en las variedades amparadas por la DOP: BxS y Bomba, que mantienen los estándares que han convertido al Arroz de Calasparra en un producto reconocido nacional e internacionalmente.
«Desde la DOP Arroz Calasparra queremos expresar nuestro mayor agradecimiento al esfuerzo incansable de los agricultores arroceros de los municipios de Calasparra y Moratalla y Hellín (Castilla-La Mancha). Su trabajo continuo, comprometido y especializado es la base que sostiene este cultivo histórico«, añaden en un comunicado.
El reconocimiento se extiende también a los molinos arroceros inscritos en la Cooperativa del Campo Virgen de la Esperanza y arroces Flor de Calasparra. «Ambos desempeñan un papel esencial en el proceso de molienda, envasado y distribución, llevando nuestro arroz con Denominación de Origen a numerosos puntos de España y del mundo, y cuidando cada grano etiquetado con la máxima dedicación».
Estos buenos resultados contrastan con los registrados a nivel mundial. El precio del arroz ha caído un 35% en el último año, situándose en su nivel más bajo desde 2017, hasta situarse en 360 dólares (310 euros) por tonelada, según la aseguradora Coface.
En concreto, Coface ha explicado que se debe al levantamiento de las restricciones a la exportación impuestas por India tras tres años de volatilidad, generando un exceso de oferta mundial.
En este sentido, Cantero detalla que aunque el arroz de Calasparra es muy exclusivo al ser al ser uno de los tres únicos arroces con denominación de origen protegida de España, junto con los del Delta del Ebro y Valencia, y pese a su excelente calidad y sabor, su rendimiento es muy bajo . «India y Taiwán están inundado el mercado con una superproducción de arroz, lo exportan en contenedores a infinidad de países a casi 450 euros por tonelada por lo que es imposible competir a esos precios», reitera.
En cuanto a previsiones, Coface considera que la tendencia bajista continúe hasta finales de 2025, impulsada por el aumento de la producción y el posible regreso del fenómeno ‘La Niña’, con una estabilización gradual del mercado en 2026, pronosticando una posible estabilización para el año que viene en niveles «no vistos» en los últimos diez años.
Asimismo, según la aseguradora, Asia es el principal protagonista, al concentrar cerca del 90% de la producción y el consumo mundial, y por su parte, África subsahariana depende en gran medida de las importaciones asiáticas.
Además, Filipinas ha suspendido las importaciones durante 60 días desde el 1 de septiembre para apoyar a sus productores, mientras que Indonesia ha adoptado una estrategia de soberanía alimentaria, priorizando la producción nacional para reducir su dependencia de las importaciones.
Por otra parte, Coface ha detallado el caso de Japón, que, bajo la presión de los lobbies agrícolas, mantiene estrictos cupos de importación para proteger su sector arrocero, y sin embargo, para la aseguradora, este enfoque corre el riesgo de desestabilizar la dinámica del mercado interno.
