La incertidumbre sobre la política económica es el principal freno a la inversión empresarial en España, según el informe La debilidad de la inversión empresarial en España tras la pandemia, publicado por el Banco de España. Un 40% de las empresas señala la falta de estabilidad económica como su mayor obstáculo, seguido de la subcontratación de procesos productivos y la regulación empresarial, que afectan a un tercio de las compañías.
El informe destaca que la inversión productiva sigue debilitada en España. En el tercer trimestre de 2024, la inversión en activos productivos, excluyendo la vivienda, aún estaba un 1,6% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. La recuperación varía según el tipo de capital: mientras la inversión en activos intangibles ha crecido un 15,7% desde 2019, el sector del transporte sigue siendo el más rezagado, con una caída del 26,5%.
Por su parte, la inversión en maquinaria (excluyendo el transporte) ha aumentado un 4,2%, pero muestra signos de estancamiento, al igual que la inversión en otras construcciones, que aún está un 7,8% por debajo del nivel prepandemia.
Las diferencias son notables entre empresas según su tamaño y productividad. El informe revela que las compañías más grandes y productivas son las que más invierten, mientras que las empresas con mayor capacidad instalada sin utilizar han reducido sus decisiones de inversión. Las grandes corporaciones y las medianas (entre 50 y 250 empleados) presentan tasas de inversión similares, mientras que las más pequeñas muestran menor dinamismo.
El sector público ha aumentado su inversión desde la pandemia. En 2024, la inversión pública ha alcanzado el 2,8% del PIB, frente al 2,2% en 2019, impulsada por el despliegue de los fondos Next Generation EU (NGEU) y el gasto público derivado de la crisis sanitaria. En contraste, la inversión productiva privada ha descendido del 12,6% del PIB en 2019 al 10,7% en 2024.
Un 21,1% de las empresas ha solicitado ayudas de los fondos europeos Next Generation EU, con mayor participación de compañías industriales y energéticas (30,6%). De ellas, un 49,6% ha recibido una resolución favorable, mientras que un 13,5% sigue a la espera.
El informe analiza el impacto real de estos fondos en la inversión empresarial. Según la encuesta, el 45% de las empresas que han obtenido ayudas no habrían realizado la inversión sin estos fondos, lo que demuestra su efecto impulsor. Otro 31% indica que solo habría ejecutado parte de la inversión sin el apoyo, mientras que un 24% la habría llevado a cabo igualmente.
Las inversiones verdes muestran menor impacto directo de los fondos europeos. Solo el 18% de las empresas indica que sus proyectos medioambientales fueron posibles exclusivamente gracias a las ayudas, mientras que un 39% los habría ejecutado sin el apoyo financiero. En cambio, las inversiones en digitalización, I+D+i y otros sectores presentan una mayor dependencia de los fondos NGEU, con una aditividad del 31%, 33% y 67%, respectivamente.
El estudio del Banco de España sugiere que la menor necesidad de apoyo en proyectos verdes podría deberse a la creciente rentabilidad de las energías renovables y al encarecimiento de los combustibles fósiles, lo que hace que muchas empresas apuesten por la sostenibilidad sin necesidad de incentivos adicionales.