La tasa de reparto de los beneficios empresariales en la Unión Europea, calculada para compañías cuya actividad principal no es financiera, descendió en 2024 hasta el 40,1%, lo que supone una caída interanual de 1,6 puntos, según los datos publicados por Eurostat. El indicador mide la proporción del valor añadido que remunera al capital en lugar del factor trabajo y ofrece, según la agencia, una lectura sobre la estructura productiva y la intensidad de mano de obra.
Eurostat señala que una tasa baja refleja beneficios más reducidos y un peso mayor del trabajo en la generación de valor, mientras que niveles elevados indican economías más intensivas en capital. Entre los Estados miembros, los valores más altos se registraron en Irlanda con un 74,9%, Malta con un 56,4% y Eslovaquia con un 48,9%. En el extremo opuesto se situaron Francia con un 32,2%, Eslovenia con un 33,4% y Portugal con un 34,5%. España obtuvo un 39,1%, un punto menos que en el ejercicio anterior y por debajo de la media comunitaria.
La agencia estadística explica que el elevado dato irlandés se debe a la presencia de grandes multinacionales extranjeras con una estructura altamente intensiva en capital. La serie histórica muestra que la participación del capital era del 40,4% en 2004 y subió al 42,1% en 2007 antes de iniciar un periodo de descensos que la llevó hasta mínimos de dos décadas con un 39,5%. Tras oscilar entre 2020 y 2023, con un avance del 40,2% al 42,1% y luego caídas al 41,9% y 41,7%, la tasa volvió a retroceder en 2024 hasta el nivel actual del 40,1%.
