Bruselas presentará este martes un plan para reformar los aranceles al acero importado y reforzar la protección de la industria europea frente a la sobreproducción mundial, especialmente la procedente de China.
La propuesta de la Comisión Europea incluye una reducción del 50% en los contingentes libres de arancel y un incremento del impuesto sobre las importaciones que superen esos límites, elevando el arancel actual del 25% al 50%. El objetivo, según fuentes comunitarias, es equiparar el nivel de protección al que aplican Estados Unidos o Canadá.
Según datos del Ejecutivo comunitario, la cláusula de salvaguarda actualmente en vigor ha permitido reducir un 15% la entrada de acero extranjero desde abril. Sin embargo, esta medida tiene fecha de caducidad en verano de 2026, y Bruselas considera que su impacto ha sido insuficiente para contener el exceso de oferta global.
El vicepresidente de Prosperidad y Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné, defendió ante representantes del sector que “en Europa no hay competitividad para el acero” debido al desajuste de precios con respecto a China, país que, gracias a subvenciones públicas, puede vender una tonelada de acero a 200-300 euros, frente a los 500-600 euros a los que se comercializa en Europa.
Durante una comparecencia ante la comisión mixta para la UE del Congreso y el Senado en España, Séjourné añadió que el acero es un recurso estratégico y forma parte de la soberanía industrial europea, ya que es esencial para sectores como el automóvil o la defensa.
La revisión de la política comercial responde a las presiones del sector industrial europeo, que considera desventajosa la actual apertura del mercado comunitario frente a competidores asiáticos, y busca favorecer nuevas inversiones en producción siderúrgica dentro de la Unión.