Más de la mitad de los empresarios en España considera que el país no es adecuado para poner en marcha una empresa. Según una encuesta de Funcas, la sobrerregulación, la inseguridad jurídica y la elevada fiscalidad son los principales factores que desincentivan la actividad emprendedora. De los 400 empresarios y directivos encuestados, casi seis de cada diez afirman que el entorno empresarial en España no favorece la creación de nuevos proyectos.
El estudio refleja que, además de la compleja burocracia, el 66% de los empresarios califica la imagen social de su sector como negativa, con un 56% opinando que ha empeorado en los últimos años. Pese a esta percepción, los empresarios insisten en que cumplen con su parte en el contrato social, contribuyendo al crecimiento económico y al empleo.
Los empresarios también identifican varios puntos críticos en el sistema: la administración pública, la fiscalidad y el sistema educativo. Casi la mitad de los encuestados consideran que son los ámbitos más necesitados de reforma. Además, la percepción de que la administración pública no coordina adecuadamente las políticas y que la presión fiscal no se corresponde con los servicios que ofrece el Estado refuerzan la desconfianza empresarial.
No obstante, a pesar de las críticas al contexto institucional, los empresarios también señalan oportunidades en ciertos segmentos de la sociedad y la economía. Aunque se enfrentan a riesgos, prefieren centrarse en las fortalezas del país, lo que podría permitirles, según algunos, avanzar en sectores clave a nivel nacional e internacional.