Más de 56.700 millones de euros procedentes del instrumento europeo Next Generation EU han llegado ya a la economía real española, con más de 1,26 millones de beneficiarios, según datos del Gobierno recogidos por Europa Press.
En total, se han resuelto convocatorias por valor de 56.741 millones de euros, sobre 82.343 millones lanzados, lo que supone una tasa de resolución del 68,9 %. Además, se han asignado 79.854 millones.
De los más de 1,2 millones de beneficiarios, un 40,9 % corresponde a pymes y microempresas. Entre los impactos destacados figuran la financiación de 26.031 viviendas de alquiler social, la creación de 383.139 plazas de FP, la implantación de 270.000 vehículos eléctricos y puntos de recarga, o la peatonalización y adquisición de autobuses de cero emisiones en 218 municipios.
Asimismo, se han modernizado 572.000 hectáreas de regadíos sostenibles y más de 775.000 pymes y autónomos han recibido el Kit Digital, mientras que 17.922 han accedido al bono Kit Consulting.
En el marco de los PERTE, el Gobierno cifra la inversión movilizada en más de 23.800 millones, con proyectos clave como tres gigafactorías de baterías y 3.701 MW en proyectos de hidrógeno renovable.
Por otro lado, 29.254 millones de euros han sido transferidos a las comunidades autónomas, mientras que más de 4.000 millones se han canalizado como préstamos a empresas y hogares, y se analizan otros 6.500 millones en operaciones.
El pasado 8 de agosto, España recibió un quinto desembolso de 23.000 millones, que incluye 7.100 millones en transferencias y 16.000 millones en préstamos. Hasta la fecha, el país ha recibido más de 55.000 millones de euros en transferencias, el 70 % del total previsto, situándose como el Estado miembro con mayor volumen de fondos no reembolsables, por delante de Italia y Francia.
El Ejecutivo trabaja ya en la sexta solicitud de pago, con el objetivo de asegurar la ejecución total del Plan de Recuperación antes del 31 de diciembre de 2026, fecha de cierre del programa.
Según las estimaciones del Gobierno, el Plan tendrá un impacto económico de 2,6 puntos del PIB y alcanzaría hasta 3,4 puntos al final de la década.