BBVA Research ha revisado medio punto al alza su previsión de crecimiento económico de España para 2025, hasta el 3%, y seis décimas la de 2026, hasta el 2,3%, debido a la resiliencia ante el aumento de los aranceles, la reducción de la incertidumbre sobre la política arancelaria y el mayor impacto de los fondos europeos.
En la nueva edición del informe ‘Situación España’, correspondiente a octubre y publicado este martes, el organismo explica que el escenario de expansión de la actividad continuará apoyándose en la aportación positiva -aunque menguante- de las exportaciones de servicios y en la sólida recuperación de la demanda interna.
Así, la demanda interna aporta 3,3 puntos al crecimiento, con una aceleración de la inversión (5,7% en 2025 y del 6,1% en 2026) y del consumo privado (3,3 % en 2025 y del 2,5 % en 2026) mientras que la demanda externa resta 0,3 puntos, con las exportaciones aumentando al 4,7% y las importaciones al 6,3%, en ambos casos en este año.
El documento indica que la ausencia de una desaceleración más intensa se explica por el mejor comportamiento relativo de las exportaciones -particularmente las de bienes- y el sólido avance de la demanda interna, sobre todo debido al nivel actual de los tipos de interés (2%), que «es atractivo para estimular la demanda de crédito tanto de familias como de empresas».
Según BBVA Research, las políticas públicas, tanto la monetaria como la fiscal, también contribuirán al crecimiento de la inversión y del consumo privado, y destaca como «de particular importancia» la orientada a construir vivienda, que irá aumentando su aportación al crecimiento de la demanda interna.
La política fiscal, por su parte, continuará apoyando el crecimiento como consecuencia de la ejecución de las ayudas a los afectados por la dana del año pasado, el incremento en el gasto en defensa y la posible aceleración en la ejecución de los fondos europeos.
Menos inflación y avance de los salarios
Respecto a la inflación, se esperan tasas medias del 2,5% en 2025 y del 2,3% en 2026, un crecimiento menor de los precios que, junto con el avance de los salarios, «impulsará la progresiva recuperación del poder de compra de las rentas de los hogares».
Por otra parte, según la entidad, la tasa de paro podría situarse en el 10,5% en este ejercicio y bajar hasta el 9,9% en el siguiente; el déficit público bajaría hasta el 2,6% en 2025 y el 2,2% en 2026, al tiempo que la deuda pública se situaría en el 100,7% este año y en el 99,5% el que viene.
A pesar de todo, el informe insiste en que «se mantienen riesgos importantes sobre el escenario», como la inestabilidad que provocan las políticas económicas de Estados Unidos o los obstáculos al crecimiento de la inversión, la fuerza de trabajo y la productividad.
Además, el crecimiento previsto del PIB en la eurozona continúa siendo relativamente bajo y limita el incremento de las ventas de bienes al exterior, además de que el avance del turismo extranjero comienza a mostrar signos de agotamiento.
También alerta el documento de que «la falta de vivienda asequible supone un cuello de botella para mejorar el bienestar de la población más joven y para atraer capital humano», lo que se traduce en una escasez de mano de obra en algunos sectores y regiones.
Y señala, igualmente, la fragmentación política y la falta de consenso como elementos que «continúan afectando negativamente a la actividad».